miércoles, 8 de abril de 2009

Penélope y yo… gran amistad, me recomendó correr.

Tenia meses pensándolo, mucho tiempo planeándolo, me pasaba por la mente la idea y no me desagradaba… aahhh pero que difícil es “del dicho al hecho”.

Pudiéramos contabilizar el tiempo de nuestra vida en el que nos la pasamos planeando, programando, PENSANDO, agotamos la frase “después de darle muchas vueltas al asunto, decidí…” porque tiene que ser tan difícil elegir, insisto, porque tenemos que perder tantísimo tiempo en programar…

Programamos lo que nos pondremos al día siguiente (y nunca salimos con lo planeado), planeamos con quien nos casaremos (mil veces he escuchado “yo imaginaba casarme con un hombre bla bla bla y mírame ahora soy muy feliz con chuchito”).

La cosa es A B C y dale hasta la letra que más te guste, ahí terminan las opciones y eliges… piensas un poco, valoras los conocidísimos PROS y CONTRAS y eliges. Pero meses planeando entrar al rol de mujer saludable… eso no se vale.

Al fin ayer lo hice… por ahora solo voy una rato a mi oficina, todo el mundo vacaciona, yo voy un rato a la oficina… así que ayer, después de hacer algunos pagos llegue a mi casa muerta de hambre, comí algo y me dispuse a ver algo de Almodóvar VOLVER, que fuertes podemos ser…

Y veía mi televisor, y me decía esa maldita Penélope… así que fue un mandato divino “ve a correr… has ejercicio… ten miedo a la flacidez” ok ok le dije a la voz que salía de ese circulo de luz… ya es bastante.

Desempolve mi ropa de ejercicio, por fortuna seguía entrando igual o mejor que hacia meses… me puse mis tenis que se habían convertido en un accesorio de sábado por la mañana, recogí mi cabello y me lance al tan competido mundo de la corredera…

Ahí estaba yo, con mis pocos conocimientos de calentamiento y mis muchos conocimientos en el arte de correr (corro del trabajo, corro de mi casa, corro de mi exnovio, corro de mi misma), había un joven preparándose como yo para iniciar la carrera, no pude evitar copearme con él… digo digo… copiarme de él en algunos ejercicios de calentamiento. Y a correr, decidí perseguirlo, cambie el verbo correr por perseguir, me gusta más, esto de correr era mejor de lo que pensé.

A los 5 minutos viví la separación, fue dura pero me repuse… y solo lo deje ir “si es mío volverá, si no pues…” vi como se alejaba y yo solamente ya no podía más, el joven era rápido y además estoy cansada de estas relaciones fugaces que prometen mucho y crashh.

Y así continué, corría-caminaba-trotaba-caminaba-corría-caminaba… al final estire un poco, me senté en una banca y observe… respire… estire… y por fin se rompió.

No hay comentarios: